El futuro senador propone el aprovechamiento de los recursos naturales para impulsar la economía y preservar el medio ambiente
Oaxaca de Juárez, Oax.- En el tercer encuentro e intercambio de ideas con la comunidad universitaria de la Universidad Benito Juárez de Oaxaca (UABJO), el candidato al Senado por la Coalición “Por México al Frente”, Héctor Pablo Ramírez Puga Leyva, coincidió con un nutrido grupo de estudiantes en la importancia de resolver problemas graves como el de la recolección de basura en la ciudad capital y la realización de acciones estratégicas para que las actividades productivas sean amigables con el entorno ecológico.
Ante el maestro Julio César Mora Pérez, responsable de la comisión de escalafón del Sindicato de Trabajadores y Empleados de la Universidad Autónoma “Benito Juárez” de Oaxaca (STEUABJO) y presidente de “Transformación Universitaria”, el futuro Senador advirtió: “Tenemos que trabajar con las energías limpias. En el caso del Istmo de Tehuantepec tenemos la zona eólica más importante no sólo del país sino de América Latina. Es muy importante que el gobierno y los legisladores impulsemos la inversión de empresas generadoras de esas energías”.
Franco y abierto para responder los cuestionamientos del público asistente, el abanderado de los partidos de la Revolución Democrática, Acción Nacional y Movimiento Ciudadano, expresó que la solución al grave problema de contaminación generada por basura es impostergable:
“Tenemos un basurero municipal obsoleto. Es necesario que entren en operación por lo menos dos basureros adicionales. Hay un plan en la zona de Tlacolula, otro en la salida a México. Es urgente que el gobierno lo revise y es de suma trascendencia que vayamos al rescate del río Atoyac”, advirtió el candidato.
En el diálogo con alumnos de la Facultad de Contaduría y Administración, así como de Turismo, Héctor Pablo reiteró que en Oaxaca sí se puede vivir del la industria turística, siempre y cuando el estado invierta y se concluyan las carreteras a la Costa y el Istmo, que los oaxaqueños llevan más de 15 años esperando que se terminen.